Acaban de terminar los BRITs awards 2015 y LA noticia es la caída de Madonna al final de la ceremonia. Ya nadie se acuerda, o no importa, cuáles y cuántos premios se llevó Ed Sheeran, o en qué categoría compitieron Mark Ronson y Pharrell Williams.
I couldn’t help but wonder… Por qué estamos todos hablando únicamente de esto? Si hasta los medios omiten la noticia de los ganadores, será que la música actual no es lo suficientemente interesante?
No puedo dejar de pensar en esos awards de los 90’s. En esta misma ceremonia, veinte años atrás, los que tocaban en vivo y subían a recibir estatuillas eran Prince, Morrissey, Kate Bush, Blur, R.E.M. y los hermanos Gallagher; sólo por nombrar algunos. Hoy esos nombres son George Ezra, Sam Smith, Royal Blood, Ed Sheeran y Taylor Swift. Moz podría haber sido parte de la premiación anoche, siendo que lanzó disco en 2014, pero no ha sido nominado. Sin embargo, hay dos artistas que dieron shows en ambos Brits Awards: Take That y Madonna, aunque con una performance mucho más digna que la de este año. –Hablo del grupo inglés, claro, al menos en 1995 eran la banda pop del momento.
En la época en donde Blur y Oasis se sacaban los ojos por el liderazgo del britpop, los que competían con ellos en estas premiaciones eran Massive Attack, Pink Floyd, The Rolling Stones y Portishead. Evidentemente el rock estaba mucho más presente aquellos días, lo cual lleva a preguntarme, qué ha pasado en estos últimos veinte años? Aún cuando Ed Sheeran y Sam Smith arrasan con premios en todo el mundo, pareciera que el britpop de los 90’s fue el último gran movimiento musical británico. Hace muy poco Noel Gallagher culpó a Arctic Monkeys y Kasabian por no haber inspirado a nuevas bandas de clase trabajadora. Más allá de la facilidad para armar polémica que el ex Oasis tiene, su declaración puede ser una posible respuesta a mi pregunta. Es una realidad que la clase trabajadora inglesa perdió su voz en la industria, son muy pocos los ejemplos de nuevos músicos de ese background que aún lideran los charts, quizás la última gran artista sea Adele (quien, dato aparte, compuso lo que sería su álbum debut en la calle donde vivo en South London). Por supuesto que no podemos culpar a la última generación de working class music heroes por no haber inspirado a los jóvenes de su misma clase. La ausencia de la clase trabajadora en la industria recae en un problema sociopolítico en donde, en pocas palabras, músicos de clases más privilegiadas tienen el tiempo y los contactos necesarios para entrar en el círculo.
El mes pasado Serge Pizzorno de Kasabian acusó a los Brits Awards de conspirar para “callar al rock n’ roll”, consecuencia de no haber recibido ninguna nominación por el disco 48:13 publicado en 2014, año que él considera la banda “no pudo haber hecho más”, incluyendo el cierre del festival de Glastonbury. Si bien las entregas de premios como los Brits Awards y los Grammys no siempre representan al público musical, la ausencia de rock en ellas refleja un cambio en la industria. De esto es de lo que Gallagher y Pizzorno están hablando, desde distintos puntos de vista. Evidentemente el rock no ocupa el mismo lugar en el mainstream británico que hace dos décadas, y con esta ausencia, la música actual, con Sam Smith y Ed Sheeran como abanderados, por momentos cae en una llanura un tanto aburrida y sensiblera.
Un día como hoy, veinte años atrás, todos hablaban de la batalla del britpop, de Blur y Oasis, los grandes premiados de la noche y de los insultos que se decían mutuamente. Hoy, gracias a la caída de Madonna en el escenario, también tenemos algo interesante que contar.
El video de la caída acá: https://vine.co/u/1171613531565907968
Luciana Cacciatore
porteña londoner 